Este niño se maravillaba porque nada, nada paraba el tiempo; ni un tsunami, ni una tormenta (por más grande que fuera), ni un terremoto, ni una tragedia, ni un acontecimiento deportivo, ni un eclipse….cada noche traía un nuevo día. Por eso es tan importante que no le malgastes, le dijo su padre, pues segundo que pasa, segundo que no vuelve.
miércoles, 13 de octubre de 2010
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